14/3/09

Caeli passer

-¡Buenos días, Caeli!

-¡Buenos días, Señor!

-¿Cómo está el chico nuevo?

-Ha recuperado la consciencia y se ha despertado…

-¡Magnifico! Sabía que ocurriría…

-Sí, pero…

-¿Pero…? ¿Qué ocurre, Caeli?

-Verá, Señor, al principio estaba muy desorientado y no recordaba nada, como les ocurre a todos los recién llegados…

-Es un chico fuerte, no debes preocuparte por él. Ve junto a él y cumple con tu cometido. Dile quién era, qué le ocurrió o qué es ahora. Además de fuerte parece listo, no tendrás problemas para que lo comprenda.

-De eso se trata, Señor, con él no sé cómo hacerlo…

-¿No sabes cómo llevar a cabo una tarea que llevas desempeñando desde hace más de dos siglos? Me tomas el pelo, ¿no es así?

-Ayer me acerqué a él para explicárselo todo, pero antes de que pudiera hacerlo me dejó sin palabras, sin saber qué decirle. Me aseguró que ya podía recordarlo todo, que sabía lo que le había pasado y que ya estaba mucho mejor. Y sin darme opción a abrir la boca, se alejó volando y no volví a verle hasta pasadas varias horas.

-Eso no debe preocuparte, Caeli, ya habíamos hablado de que este chico parecía incluso más especial que los demás y con esto que me cuentas estamos comprobando que no nos equivocábamos.

-Usted no lo entiende. El chico está muy confundido, nada de lo que dice recordar es real. Él cree que es un pájaro al que un gato callejero quiso atrapar. Dice que resultó malherido de su encuentro con ese gato, pero que ahora que se ha recuperado ya puede seguir volando libremente como siempre. Sé que he de cumplir la misión que en su día me fue encomendada, pero esta vez es distinto. En esta ocasión no tengo que contarle la realidad a un chico que nada recuerda, sino que tengo que desengañarle de su error y sacarle de esa ensoñación que lo hace ser un pájaro.

-Comprendo… Siendo así las cosas, no se lo digas. Al menos no de momento.

-Pero, Señor, si no lo hago estaré incumpliendo la…

-Escucha, Caeli, cada día vemos llegar a un nuevo niño que, habiendo muerto de manera anticipada, nos es entregado para que lo instruyamos para su futura misión. Con este último la situación es diferente, los dos somos conscientes de ello y, precisamente por eso no se lo diremos todavía. A este niño le dejaremos que siga jugando, como jamás tendría que haber dejado de hacer, durante unos cuantos días más.

-De acuerdo, Señor, así lo haré.

12 comentarios:

Lauriña dijo...

:-O

¡Qué chulo! Quiero más, quiero saber cual es esa misión que les esperan a los niños que mueren!!!!

"... cada día vemos llegar a un nuevo niño que, habiendo muerto de manera anticipada, nos es entregado para que lo instruyamos para su futura misión. Con este último la situación es diferente, los dos somos conscientes de ello y, precisamente por eso no se lo diremos todavía. A este niño le dejaremos que siga jugando, como jamás tendría que haber dejado de hacer, durante unos cuantos días más." Ese trocito me ha gustado especialmente! ^.^

Un besazo, pesiosa!!! :*

Noelplebeyo dijo...

No lo pillo, jo...debe ser el domingo.

Sara dijo...

Este cuento está pidiendo a gritos una segunda parte, María... no sé que me ocurre últimamente contigo que siempre me dejas con ganas de más ;)

Agua dijo...

oooo que historia tan triste...me pregunto q le pasaria al pobre niño...ufff no se si quiero saberlo, hoy estoy muy sensible y fijo q lloro...Besitos!

VaNe dijo...

Menos mal que sigue habiendo niños con suerte a pesar de los pesares ;)

Un besazo mi niña!

Anónimo dijo...

Deberían cambiar el protocolo de actuación y hacer eso siempre con todos los nuevos...

Ailën dijo...

Déjale, déjale volar...

=)

Al dijo...

Me alegro de que sigan existiendo Señores benevolentes dispuestos a no seguir el protocolo en cada momento.

Un besazo. Y cúrate pronto ese gripazo que no quiero que el jueves me contagies xD

Pugliesino dijo...

Ningun niño debería morir de forma anticipada.
El cuento alberga en su interior esa ternura por la que no pasa el tiempo. El mundo debería detener un instante su velocidad,y los niños podrían seguir siéndolos,porque cada vez antes dejan de serlo.
Preciosa leyenda María, un abrazo!

Camaleona dijo...

Ningún niño debería morir... no, no, no...

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, mucho. Siempre encuentro en tus relatos sensibilidad, un corazón enorme (no acorde con tu "fama" de borde, para nada) y mucho mucho talento.

No sé si el relato continuará, si explicarás más cosas, o si lo dejarás así. Si mi opinión te sirve de algo, no necesito que continúe en absoluto para disfrutarlo. Sé que un niño, uno muy especial, ha olvidado que murió antes de tiempo. Y sé que ese niño tendrá una pequeña oportunidad, que jugará unos días más. ¿Qué más podría querer saber?

Te sigo leyendo, of course, y no pierdes ni un poco de tu toque. No cambies!

Un besazo!

Aarón

Óscar Sejas dijo...

Muy noble el gesto de dejarle seguir jugando unos días más.

Coincido con Carlos en que ningún niño debería morir de forma anticipada.

Debería convertirse en ángel. Porque ese es el único puesto que puede desempeñar un niño. Nadie hay más noble y con mejor corazón.

Un abrazo.