8/2/09

Tardes de rosas en el parque (Segunda versión)

Los últimos días no habían sido precisamente fáciles para ninguno de ellos que, tras lo ocurrido esa tarde, estaban muy agotados. A pesar de ello, la pequeña Laia se negaba a irse a dormir, algo a lo que terminó accediendo cuando su madre le prometió que le contaría una historia que le haría entenderlo todo.

La niña se despidió de sus tíos, demás familiares y amigos, besó a su padre y dio las buenas noches. Apenas diez minutos más tarde ya se había cepillado los dientes, puesto el pijama y, metida en la cama, esperaba a su madre.

-¿Te has lavado los dientes? –preguntó su madre nada más entrar en la habitación de Laia-.

-Sí, me los he lavado. Siéntate y cuéntame esa historia…

-Voy a contarte desde el principio como pasó todo: su historia de amor empezó, como tantas otras, en verano. Era una calurosa tarde de Junio, como la de hoy, cuando él la vio por primera vez y se enamoró perdidamente de ella. En ese preciso instante ya supo que quería compartir el resto de su vida con ella, porque era la cosa más bonita que había visto en toda su vida.

-Pero…

-¿Pero qué? Me habías prometido que no me interrumpirías –increpó- A ver… dime.

-Pues eso, que cuando pasó, es decir, ¿cuántos años tenían?

-Él tenía once años y ella apenas acababa de cumplir los nueve.

-¿Nueve años?, pero mamá si yo ya tengo doce y a mí no me dejas tener novio.

-Ya Laia, pero eso fue distinto. Ellos se enamoraron desde el primer momento, desde el preciso instante en que se vieron y tú… pues tú los lunes te enamoras de un compañero de clase, los martes de uno de los niños que van a clases de inglés contigo, los miércoles de uno de clases de natación, los jueves vuelve a gustarte otro niño de tu clase y los fines de semana te gusta uno de tus amiguitos del pueblo de los abuelos. Y eso no es enamorarse Laia, eso es simplemente que te caen bien o que te resultan graciosos tus amigos. Además, aquellos eran otros tiempos y ahora las cosas son muy distintas a cómo eran entonces.

-Vale mamá, pero ahora no empieces con una de tus charlas y dime qué pasó después.

-Bueno, pues como te decía. Él nada más verla se enamoró. Corrió al puesto de flores que había en aquel parque y se gastó todos sus ahorros en comprarle una rosa roja. Se la dio y ella a cambio le dio un beso. El que fue el primer beso de ambos. Y desde ese no ha pasado ni un solo día en que tu abuelo no le compre una rosa roja a tu abuela, ni tampoco uno en que ella no le dé a cambio un beso como aquel primero que le dio cuando eran unos niños.

-Entonces…

-Entonces… por eso tu abuelo se ha ido esta tarde al parque, ha comprado una rosa roja y ha decidido volver al mismo banco donde cada tarde esperaba a tu abuela. Por esa razón se sentó en ese banco y dejó que Morfeo le atrapara en su último y más profundo sueño. Un sueño que justo antes de arrebatarle el último aliento de vida, así como el último suspiro, le permitiera recordar todas y cada una de aquellas tardes en el parque. Aquellas tardes de inocencia, de rosas rojas y besos cargados de una pureza que ya pocas cosas tienen en este mundo en el que vivimos.

-Pero cuando el abuelo se fue al parque todavía no sabía que la abuela había muerto en el hospital…

-No, no lo sabía, pero quizás lo presentía. Tal vez supo que ya nunca más podría volver a recibir un beso del amor de su vida a cambio de una simple rosa, y tal vez por eso compró esa última rosa…

-Pero no lo entiendo mamá. Si presentía que la abuela se iba a morir, ¿por qué la compró si sabía que no podría dársela?

-¿Y tú por qué estás tan segura de eso? Tal vez los dos así lo pactaron, tal vez quisieron encontrarse por última vez en un sueño en el que recordarían todos y cada uno de sus días de rosas rojas y besos en el parque.

-Así que… ¿en eso consiste el amor?

-No lo sé, el amor no es algo que podamos ver, tan sólo podemos sentirlo. Yo puedo sentir el amor que tengo hacia tu padre, el que tengo hacia mis padres y también el que te tengo a ti, pero no el que tus abuelos se tenían el uno al otro. Las personas somos distintas y también por eso hay distintos tipos de amor y de cariño. Y por todo esto que te acabo de contar es por lo que no debes estar triste, porque tus abuelos han vivido muchos años juntos y no querían separarse, por eso decidieron irse juntos. Sé que los vamos a echar mucho de menos, pero tenemos que tratar de entenderlo y de respetar su decisión, porque ellos decidieron estar juntos todo este tiempo y no sería justo que nadie más decidiera por ellos el momento en que deberían separarse.

-Vale mamá, lo he entendido.

-Claro, porque tú eres una niña muy lista.

- Mamá.

-Dime Laia.

-¿Y tú crees que yo voy a tener un amor como el de los abuelos o como el que tenéis papá y tú?

-No cariño, tú tendrás un amor que será mucho más especial para ti, porque será el tuyo. El tuyo y el de la persona que tú elijas.

-Vale.

-Bueno, y ahora duérmete que ya es muy tarde y mañana será un día muy largo para todos.

-Sí, pero antes una cosa más.

-Dime…

-¿Tú crees que a los abuelos les importará que yo sueñe con ellos esta noche?

-Seguro que están esperando a que te duermas y así puedas soñar con ellos y verles en el parque, como cada tarde.

-Buenas noches mamá.

-Buenas noches y dulces sueños Laia, hasta mañana.


Tardes de rosas en el parque


Escribí Tardes de rosas en el parque hace tres años y ahora, tras haberle hecho algunas modificaciones y correcciones, he querido publicarlo en este blog simplemente porque... es una historia a la que le tengo un cariño especial.

21 comentarios:

Camaleona dijo...

Conozco ancianos que no pueden vivir el uno sin el otro, y cuando alguno se va, el otro se desvanece poco a poco.
Y también conozco otros ancianos que no pueden soportarse, y cuando uno se va, el otro se siente completamente liberado.
Tu historia es tierna, conmovedora y una lagrimilla ha rodado mientras la leía.

Noelplebeyo dijo...

Pues me ha parecido una historia muy bella, y sí el amor escribe unos versos particulares entre dos personas, que todos comprendemos aunque no sean los tuyos...

saludos

m a r i e dijo...

Que bien que le tengas cariño, pues es uan historia preciosa.

Ailën dijo...

Una historia entrañable... que me ha dejado un sabor de boca que parecía un beso, o una rosa. ¿Sabes? Ahora me iré a dormir muy dulcemente, por tus palabras.

Gracias.

Pugliesino dijo...

La sencillez con que se desarrolla la historia la hace mas bella aún.El paso de los días de Laia en el cole frente a la serenidad del abuelo en aquel banco.
No muere el amor por mucho que corra el mundo.
Un abrazo!!

Anónimo dijo...

"El paso de los días de Laia en el cole frente a la serenidad del abuelo en aquel banco"

La historia se desarrolla en verano y la conversación entre Laia y su madre tiene lugar una noche de Junio en la que el sol aprieta (pero no ahoga, como reza al dicho...), así que los niños no tienen cole, están de vacaciones...

Lluvia dijo...

Es una de las historias más entrañables que he leido en muchisimo tiempo, muchisimas gracias!!! Y feliz semana.
ANA

Bea dijo...

Yo adoro todas las modificaciones que haces. Dejas tu página impecable. Eres un crack mi niñaaaaa.
Nunca dejaré de sorprenderme por la forma en como escribes. Eres la mejorrr.

Un besazo enorme ni niñaaaa

Agua dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Agua dijo...

Que historia tan tierna, especial, maravillosa...Una historia de amor sin mas. Se me ha puesto la piel de gallina. Un amor puro. Un amor como los de antes. Y yo como Laia antes de dormirse, tmb me pregunto cada día entre las sabanas vacías de mi cama si...algun día tendré un amor asi?
Besos!!

Anónimo dijo...

Siempre me encantaron los cuentos antes de dormir.

Y siempre me encantó tu apoyo.

Pd: No se como funciona el sistema de votación, quizás se pueda un voto diario, quizás un solo voto por IP...

Gracias.

maria dijo...

Ains corazón, si ahora mismo no estuviera al lao del conserje de la facultad y de uno de los muchachos que limpian se me habrian caido los dos lagrimones por los laos.
me ha commovido muchisiimo, se me han puesto las carnes de gallina.
Una historia preciosa. llena de amor, cariño, ternura, y una historia de amor de las que eran de verdad.

Un beso, ya he vuelto definitivamente.

Edamal dijo...

Es una historia preciosa, que bonito poder vivir un amor así, el irse a la paz que la otra persona porque la vida esta hecha para ellos dos, sus vidas. Todos vivimos un amor diferente pero la verdad es que historias y relatos como este son los que nos hace creer en el amor. Me ha encantado María.

Besos

Edamal dijo...

Es una historia preciosa, que bonito poder vivir un amor así, el irse a la paz que la otra persona porque la vida esta hecha para ellos dos, sus vidas. Todos vivimos un amor diferente pero la verdad es que historias y relatos como este son los que nos hace creer en el amor. Me ha encantado María.

Besos

Lauriña dijo...

¡Qué bonito, qué dulce y qué emotivo! :)

Después de leerlo me puse a investigar hasta dar con la primera versión y así poder compararlas. Supongo que ahora "queda mejor" o está mejor escrito, no sé, el caso es que el mensaje que transmite es el mismo en las dos versiones y teniendo que elegir, creo que me quedo con la primera, con la que te salió sin más y de repente, porque después de las correccines, esta está "más pensada". No sé si me he explicado xD

Besiños, nena!! ^^

Malvi dijo...

Me ha encantado... se me han saltado las lágrimas

besos.

Ailën dijo...

Rápido, rápido! Te he nominado a un meme-concurso muy interesante, en el que puedes ganar un libro, así que pásate por mi blog (el plazo termina el 14 de febrero, por eso las prisas), lo ves y si quieres, participa!

Besitos!

P.D.: Espero que lo leas a tiempo!

Óscar Sejas dijo...

Recuerdo haber leído esta historia. No en el momento de su publicación, quizás bastante tiempo más tarde cuando un día la suerte, o quizás una recomendación tuya me llevó hasta el texto.

Me gustó la primera y me ha vuelto a gustar y encandilar esta segunda revisión del texto. Si tuviera una rosa, te la dejaría por aquí. No sé si saldrá bien, pero yo te la dejo igual:

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Mirna dijo...

Es increíble, cómo consigues meterte en el papel de cada personaje sacando su historia palabra por palabra.
He tenido la sensación de ser aquella niña pequeña, Laia, tumbada en una cama mientras mi madre me cuenta esta historia...

Por mi parte creo que ninguno de los dos abuelos murió sufriendo sino sonriendo, con una sonrisa en el rostro, recordando rosas rojas y besos...

Aunque claro, es lo que creo yo.
Es curioso porque justo ahora se me abrió una ventana emergente de esas tan molestas... que ofrecía flores rojas
No ha sido tan molesta porque me he puesto a pensar en tu actualización y me ha dado una idea de como comentarte.

Con mi eterna pregunta de "Aprender a ver el cielo más azul", creo que estoy haciéndome una pequeña idea.
Al conocer tu blog, una nube se ha despejado y me ha dejado ver un trocito de cielo azul del cual salen tus historias.

Un beso muy grande, artista!

Al dijo...

ya te lo dije: a mí me gusta más la versión original! prrrrrrrrrrrrrrrrrrr :P

A.fn dijo...

Azul.

Preciosa historia...