14/8/08

Las luces de Septiembre

Esta entrada nace como respuesta a: Las luces de Septiembre en pleno Agosto.

El título de esta entrada no hace referencia únicamente al libro de Carlos Ruíz Razón del mismo título (ese que una servidora se leyó en apenas dos tardes y aún teniendo a medias “El juego del Ángel” porque, simplemente, le resultaba más pequeño, manejable y transportable), la cosa va mucho más allá. Y es que yo, soy –o al menos me siento- una de esas luces, concretamente una luz del 19 de septiembre. Porque ese día nací y así decido verlo…

Las de Septiembre son Luces de muy diversa índole. Las hay, incluso, que comienzan su viaje en pleno mes de Julio y no llegan a puerto hasta Agosto. Exactamente eso fue lo que le ocurrió a la pequeña lucecita que yo quise dejar marchar para que encontrase mejores manos que las mías.

Un libro, para alguien a quién le guste leer, normalmente siempre es un buen regalo, pero… ¿y un libro que no has comprado para otra persona sino que adquiriste para ti, que ya has leído y que, además te ha encantado? ¿Cualquier persona estaría a la altura de tal libro? No sé lo que pensaréis vosotros, pero para mí la respuesta es un NO rotundo.

Y el caprichoso destino (que por una vez parecía no estar en mi contra) quiso que un personajillo al que adoro me rompiera los esquemas por completo, halagándome y haciéndome sentir realmente especial y, ¿por qué no decirlo?, querida por su parte, justo después de haber leído la última página del libro.

Por lo tanto, tras una conversación de esas largas (que tan buen sabor de boca me dejan siempre) que tenemos la suerte de compartir a veces, descifré el código secreto que debía escribir con mi Pilot negro en un sobre marrón (de esos con burbujitas en el interior) para hacer que el libro emprendiera camino.

Puedo asegurar que ha pasado más tiempo viajando que en mis manos pero, al mismo tiempo, las pongo en el fuego apostando que, pase el tiempo que pase, jamás podrá estar en otras mejores que en las que ahora se encuentra.

Compré “Las luces de Septiembre” en la librería en la que trabajo y, tras leerlo, lo envié a una calle con un nombre que sólo un destino con una muy clara visión de futuro pudo haberle adjudicado a mi canijo favorito.

Ahora, tras haber cometido el sacrilegio de escribir con mi puño y letra en una obra de Zafón, espero poder enviarte algún día algo que sólo haya escrito yo (ya sea de mi puño y letra o no…) y que el libro que compre (en la librería que sea) lo hayas escrito tú…

Para Oski, mi hermanito canijo y de adopción.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Da mucha ilusión regalar un libro que te ha gustado mucho.
Yo, normalmente, lo presto y luego, como dice el refrán "perdido o estropeado".
Espero que el canijo disfrute del regalo.
Un beso

Óscar Sejas dijo...

Tengo que leermelo a la mayor brevedad posible para poder desenmascarar los secretos que encierra.

Ha sido un detallazo y tengo que guardar el libro a buen recaudo.

Que más quisiera yo que firmar algo que he escrito...(eso me da una idea jejeje).

Poquito a poco.

¡Un beso y un abrazo!

VaNe dijo...

Tenía que habértelo pedido yo antes... jajajaja
De todos modos puedo dar fe de que los libros que regalas son buenos de verdad!! ^^


Aiinnssssssss, hay que ver lo wena que eres cuando quieres! :P

Kesitossssssss mil! :D

Esther dijo...

¡¡¡Hola, María!!!

Estoy de acuerdo con soboro. Da mucha ilusión hacer eso y además es un gesto muy bonito.

Sí, al que le guste leer, es un fantástico regalo. A mí, entre otros, me encantó el de Dios vuelve en una Harley, tb me lo leí super rápido y es que cuando te gusta un libro, el tiempo que tardas en leerlo pasa a la velocidad de un rayo.

Saludines.