21/4/08

El encuentro (cc. 101)

La última vez que se vieron eran todavía adolescentes. Ahora, con el paso del tiempo y de los años que, según dicen, ponen a cada uno dónde le corresponde, vuelven a encontrarse.

Ella, camina absorta mientras escucha una selección de quince de sus canciones favoritas que, demasiado deprisa, ha metido dentro de su iPOD. Mientras el resto de transeúntes disfrutan de un cálido día de primavera sin reparar en ella, porque no representa otra cosa que una insignificante hormiguita más dentro de la marabunta que recorre la calle, Maira acelera su paso. Quiere llegar cuanto antes. No hay nada ni nadie que la espere, pero necesita huir de esos que, siendo tan insignificantes como ella, la persiguen sin darle tregua: los granos de polen.

Él, camina con paso acelerado. No le gusta andar por la calle cuando hace tanto calor. La camiseta se le pega demasiado al torso y los piropos de tres o cuatro grupitos de adolescentes con las hormonas demasiado aceleradas a causa de la estación le incomodan, siempre le han incomodado. Rubén es demasiado tímido, nunca ha sabido cómo reaccionar ante los piropos, por eso simplemente se sonroja, mira al suelo y sigue caminando lo más rápido que puede.

A Rubén no le apetece volver a una casa dónde lo único que le espera son los continuos reproches de sus padres, pero decide hacerlo ya que no encuentra una alternativa mejor. De repente, levanta la vista del suelo y la ve después de varios años…

-¿Maira, eres tú? –le dice cuando ya están frente a frente y al tiempo que coloca la mano sobre su hombro porque sabe que de no hacerlo, con la música que va escuchando no le oiría a él-.

-Rubén…

-¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo hace que no nos veíamos! Mil veces he pensando en llamarte pero nunca me parecía que era un buen momento. Pero dime, ¿cómo te va todo? –dice de forma atropellada y preso de un alto grado de nerviosismo. Nunca es fácil empezar una conversación con alguien con quién hace tantos años que no se habla y a quien, además, le han unido tantas cosas…-

-Bien, bien… ¿y tú? –responde Maira tras haber escuchando tan sólo la mitad de las palabras del chico y quitándose los auriculares de ambas orejas-.

-Yo… ¡Yo también me he casado! –le espeta al tiempo que rápidamente introduce su mano derecha (esa en la que no lleva ninguna alianza) dentro del bolsillo de su pantalón vaquero-.

-¿También? –pregunta, muy sorprendida, la chica-.

-Sí, sí… es que acabo de ver tu alianza cuando te quitaste los cascos. Jejeje –ríe de forma nerviosa-.

-Ahhh… bueno pues… ¡Nosotros pronto seremos tres! –se atreve a decir al tiempo que, aprovechando que lleva una camiseta de esas que se ciñen hasta justo por debajo del pecho y a partir de ahí son más flojas, saca tripa-.

Rubén se ha quedado cortado tras la información que acaba de recibir y tras un silencio demasiado incómodo consigue decir un muy poco creíble “Me alegro de que todo te vaya bien, Maira…”. Ella, rápidamente responde con un “Yo también me alegro mucho por ti, Rubén…” que suena menos verdadero si cabe.

La conversación prosigue y los silencios incómodos cada vez son más y más largos. Hablan de banalidades, del tiempo, del calor que hace… de nada que tenga la suficiente relevancia que les haga ser ellos mismos de una vez por todas…

-Bueno… me ha encantado verte, pero llevo algo de prisa –dice por fin Maira-.

-¡Uy sí! Mira qué tarde es ya –responde él al tiempo que simula mirar el reloj. Un reloj que ella le regaló hace mucho tiempo y que lleva parado también mucho tiempo-, voy a llegar súper tarde…

Maira y Rubén se despiden con el par de besos de cortesía más frio que pueda existir en un cálido día primaveral y hablan, también como cortesía, de verse pronto y hablar con más calma (algo que los dos saben que no va a suceder).

Escasos diez minutos más tarde y sin que ellos lo sepan, ambos están en el mismo parque pero sentados en bancos que distan varias decenas de metros el uno del otro.


Rubén piensa en que ella está incluso más guapa que la última vez que la vio y se siente culpable por haberle mentido (no está casado y ni siquiera tiene novia), pero no podía decirle que todavía pensaba en ella de vez en cuando yque echaba de menos sus besos, sus caricias, el olor de su pelo… sabiendo que ella ya ha rehecho su vida junto a otro y de una manera que parece muy sólida.


Maira, por su parte, piensa en que él está exactamente igual que la última vez, no ha cambiado apenas nada (siempre supo que él jamás cambiaría). Sonríe, aunque con tristeza, y una vez más se reafirma en la decisión que años atrás había tomado con respecto a él. “La sortija de boda de mi bisabuela…” –piensa para sí-, “¿Cómo es posible que no la haya reconocido? Sabía que no me la quitaba nunca…”. Vuelve a ponerse los auriculares, apoya la espalda contra el banco y de manera instintiva se levanta la camiseta. Su tripa sigue estando como siempre, nada crece dentro de ella. Cuando Rubén le mentía se le ponían rojas las orejas y fue esa rojez y no ninguna otra cosa lo que le obligó esta vez a mentir también a ella…



Para leer más historias con el mismo principio, visita: El CuentaCuentos.

18 comentarios:

Jara dijo...

Me vienen dos canciones a la mente después de leerte y me imagino que sabrás cual son. Rojitas las orejas de Fito y fitipaldis y Nada que perder de Conchita.

Sobre tu historia... conozco un montón muy parecidas de carne y hueso.

besos

JuAntonio dijo...

No iba a hacer críticas, porq entre otras cosas no me salen, ya te dicho cientos de veces que tu forma de narrar me fascina, y no me cansaré de decirte q desde Carta a Fernando me tienes atontao (y quizás tendrás historias mejores.. pero esa fue la primera vez q te leí, y la primera marca, como ya sabes!)
Yo más que "El encuentro" lo hubiera titulado "El desencuentro". Se dice que el desencuentro es un "encuentro fallido", que no se ajustó o respondió a las expectativas. Eso es lo que la historia me transmite.

El final, inesperado y fantástico.
El final esta semana es lo que diferenciará unos relatos de otros. La frase de esta semana da pie a realizar historias de este tipo. Dos jóvenes que vuelven a encontrarse y que dejaron cosas a medias en su adolescencia. Tú haces algo a mi gusto muy bueno. Sigues dejando las cosas a medias entre los personajes. Eso es lo llamativo del des"encuentro".

Para acabar, la historia tiene detalles a resaltar. Lo del reloj parado que ella le había regalado. Las orejas "sonrojadas" de Rubén. Las mentiras que uno a otro se tiran. La sortija de la abuela y la pésima memoria de él al no recordar ese detalle.. en fin, esos detalles que hacen la lestura..


.. muy entretenida.

Anónimo dijo...

El primero era + bonito, + largo y más de todo. Me alegro de ser la única persona q vaya a leerlo ;) gracias!
Bueno reina de la 'improvisation', este tb tiene pinceladitas de la magia q desprendes y x una semana q en el blog no tengas el q se lleve el 11 no va a pasar nada, no?


1 beso, o 2, o 3...




p.d.: aki el cielo siempre se ve muy azul y muy despejado, aunke escribas una historia triste o un cuento sin final feliz. Pq detrás de las palabras te escondes tú, la niña del azul ¿turquesa? jajajaja ;)



¿sozinho? ;P

Anónimo dijo...

Respondiendo... a los que su nombre empieza por "J", jeje. No sé, se me ha hecho curioso... xD

a Jara: cuando terminé de escribir y lo leí en voz alta, a mí me recordó a tres canciones, jeje. Dos de ellas ya las has dicho tú, la otra... a ver si hay alguien que la encuentre... Bueno, creo que esta historia es eso, muy "de carne y hueso" ;)

a JuAntonio: pues tienes toda la razón, "El desencuentro" le pega mucho más, pero es que nunca he sido buena poniendo títulos a las cosas. Si me planteo contratar a un asesor de títulos... ¿podré barajar tu nombre entre los posibles optantes al puesto? ;) Graciñas por tus palabras...

a Javi: ya, ya... y con la primera yo estaba más "conforme", pero bueno... así funcionan las cosas cuando eres mu tonta, ¡qué le voy a hacer! No busco onces Javi, pero sí pasar del cinco pelao y tú me lo estás poniendo muy difícil (al menos esta vez...) ¬¬

P.D. No me hagas la pelota que no cuela majo...

No... sozinho no... :P

Esther dijo...

¡Me encantó tu cuento! ¡Qué triste que a veces podamos ser tan tontos! Reprimir nuestros sueños y deseos...

Un bloguer me dijo que:

-El mayor impedimento de nuestros sueños, somos nosotros mismos.

Me encanta su frase y ¡cuánta razón tiene!
A veces, nos es tan difícil decir ciertas cosas... ...no sé por qué pero, así pasa, cuando lo más fácil sería decirlas y punto ( y yo me incluyo).

Un saludito.

Queralt dijo...

Jóoooo, María, ¡qué bonito!
Hacía mucho que no os leía y estoy disfrutando mucho, la verdad.
Espero que tú estés bien porque, tus relatos, siguen siendo preciosos, no han cambiado en estos meses de ausencia.
Me encanta el final. Aunque es duro, ¿eh?, después de tanto tiempo y teniendo tantos sentimientos en común... pero es muy bueno y no deja de ser, también, algo que pasa todos los día.
Lo has escrito con la soltura que te caracteriza y con ese punto mágico que tanto me gusta.
Alguna palabra repetida demasiado cerca una de otra pero, por lo demás, precioso.
Gracias por compartirlo.

Muchas, muchas cerecitas y muchos besos.


Queralt.

Paula dijo...

Me ha encantado la parte del reloj que ella le regaló y que se paró hace tiempo, pero el sigue llevando.
Hay gente que nos cala hondo y nos para, en cierto modo, el tiempo...
Que pena que no se hayan dicho lo que realmente piensan...

Enhorabuena niña, me ha gustado mucho.

Besos!

tormenta dijo...

estoy con jara, hay un montón de historias como la que has contado andando ahora misma por la calle, a punto de suceder. yo tengo unas cuantas, pero me niego a que me vuelva a pasar. hace unos meses me encontré con alguien de nuevo, por la calle, y antes de que empezaramos con la tonteria de hablar de trivialidades, le solté todo lo que se me paso por la cabeza y el corazón. sin mentiras ni medias verdades: a saco! y después, cuando nos dimos otra vez los moviles y cada uno siguió su camino para volver a su vida, me senti liberada. Maira, o bien Ruben, deberían probar la proxima vez.
Un beso guapa.

Josu Ansoleaga dijo...

saludos de nuevo María. Pues bien, la anterior vez, y siendo extraordinariamente positivo (porqe la verdad que el relato me encantó como pokos lo han hecho), y quizá esperandome esta vez algo parecido (y no siendolo en absoluto), he sentido unas increibles ganas de criticarte (qe irracional impulso coño!)
...Pero bueno; superando este impulso inicial, y juzgando que echarás de menos alguna crítica constructiva (ya que encantas a todo el mundo!!) solo decirte que, efectivamente, me parece algo precipitada la escritura (ahora que sé d elo que eres capaz puedo afirmarlo)
-los personbajes corren, hablan rapido, ella tiene prisa por algo y diez minutos despues esta sentada en un parqe

..mi reflexión acerca de todo esto es que quizá el ritmo semanal de cc no fluya a la par que el ritmo interno de algunos escritores (no fluye a la par que mi ritmo desde luego, que escribo un relato cada mil; y esta semana deseché dos ideas y tres intento d erelato en una de ellas)
de ahí lo maravilloso de la iniciativa de cuentacuentos, que nos "incita" a la escritura, (!y hace que nos conozcamos!)...y mi aplauso, y admiracion, porqe sacas las ideas adelante, aunqe no todas ellas sean ejecutadas maravillosamente.

pero creo que he podido ver tu responsabilidad para con tu creacion numero 100, como un reto, como un cuento increible, y luego ya vino la frase de la semana siguiente, y cumpliste, y lo hciste bien (a mi me has dejado pensando en la infinita estupidez humana que por un lado miro arrogante erigiendome en dios, y por otro comprendo, en mi dimensión más humana)

y por el amor de dios; de todo esto no se desprende que te digo que no escribas todas las semanas,... pero sí que habra cuentos muy buenos impulsados por la dinamica de tu reloj de escritora, y habra cuentos que cuentacuentos ayudará a "dar a luz".

..ya me gustaria tener inspiracion para escribir todas las semanas :(
...Descuida maestra, que los novatos tenemos mucho que aprender de los veteranos en cc

hasta otra maría
ciao!

Anónimo dijo...

Me los he imaginado cruzándose en la Gran vía, y sintiéndo su sorpresa y su nostalgia.

¿Porqué es más fácil mentir? Es una pena que no se diesen un tiempo para hablar.

Me ha gustado, ¿Por qué no se me habrá ocurrido a mi? jejeje

Saluditos!

Pugliesino dijo...

El momento en que desconociéndolo ambos pasan el tiempo a unos metros de distancia.Fue mucha mayor la distancia que cuan zanja surgió de aquel sonrojo.
Dieron prioridad al silencio frente a las palabras,y fue el silencio el que finalmente calló al corazón.
Buen planteamiento y mejor narración.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

En realidad todo pasa porque Ruben no quiere que Maira quede por encima de él, quiere "ganar la ruptura", como dicen en How I Met Your Mother, no? pero qué cierto es todo!!

Me ha gustado mucho, guapa.

Un besino!

Galamina dijo...

Son los detalles los que marcan las diferencias.
Cuando no están es una historia más, cuando te tropiezas con ellos, es una delicia.

Ni una nube tapa el sol hoy con historias como esta.

Anónimo dijo...

Respondiendo...

a Esther: ¡qué razón tiene nena! Estoy totalmente de acuerdo con esa frase. ¿Y quién no? Un besote!!

a Queralt: tienes mucha razón en lo de las repeticiones... :S Aún así me quedo las cerecitas y los besos ;) Graciñas...

a Paula: igual es que lo del reloj es lo único bueno de la historia... :P Muchas gracias Paula!! ;)

a Tormenta: Hummm... ¿no se suponía que no teníamos que tomarnos las historias como relaes, personales...? :P Bueno, les haré llegar el consejo a Maira y a Rubén, si es que decido que sobrevivan para próximas entregas, jeje. Un besote nena!!

a Josu Ansoleaga: ¡mare mía! ¡Cómo te has puesto en un momento majo! :S Cualquiera diría que era mi editor y por eso te cabreas tanto... jajaja

A ver, que tú has escrito mucho y ahora me toca a mí responderte. ¿Precipitada? Por supuesto, porque pasaron 40 minutos desde que escribí la primera palabra hasta que pulsé el botón de publicar.

En cuanto a lo de la prisa de los personajes: sí, al principio los dos tienen prisa (él por huir del calor y ella de la alergia), pero se encuentran y entonces... sufren un pequeño shock que les deja... ¿raros? Los dos se sienten culpables (y no sólo por haberse mentido) y por eso se quedan como "echos polvo" y sentados en un banco. Sus mundos se detienen a causa de su "desencuentro", como hiciera el reloj de Rubén.

En cuanto al ritmo semanal de El CuentaCuentos: no nos lo tomamos de la misma manera, a la vista está. Tú prefieres no escribir y yo, sin embargo, hacerlo aunque lo haga mal y no porque piense que cualquier cosa puede valer, sino porque de lo bueno se reciben halagos mientras que de lo que está mal se aprende y a mí me queda mucho por aprender.

¿Qué más?... No, no me lo he tomado por el lado de que me aconsejas que no escriba cada semana (y si así fuera, tampoco te haría caso porque no soy nada obediente yo... jejeje). Y bueno, que menos mal que dije en el foro que no fuéseis muy duros que sino... jajaja :P

No sé niño, que yo creo que ni lo de la semana pasada era tan bueno ni esto daba pie a sacarle tanta chicha, aún así... yo te agradezco mucho las críticas y espero hacerlo mejor la próxima vez. Un besiño muy gordo!

a Synn: pues... no se te ha ocurrido a ti porque así la bronca de Josu me la he llevado yo... ¡Anda que ya te vale! Menudo favor que me has hecho... ;)

a Carlos: mmm... ¡Gracias! Creo... xD

a Amanda Pinkleton: How I meet your mother...? Tengo que investigar... jejeje ;)

a Galamina: ¡Muchas gracias! qué palabras más bonitas... =D

tormenta dijo...

ejem. pasaba por aquí... jejejeje :P
no me la tomé como una historia personal tuya... sino que me recordó circunstancias en las que yo he participado. al leerla le aporte mi propia visión al asunto y me puse a divargar sobre los personajes... es que las críticas literarias se le dan mucho mejor a Josu, y lo digo sin retitín ninguno, que conste :) que la suya en mi blog no imaginas como me ha impactado, el mejor comentario que he tenido en meses... por no decir años.
Y yo que tú los mataba a todos bien muertos, que eso mola.
saludines para ti

Sara dijo...

Yo siempre te daré mi opinión para bien o para mal, entre otras cosas porque siempre valoro una crítica bien hecha a un halago no sentido.

Yo sé que tu me entiendes porque eres de las mias, de las que saben que a escribir se aprende, no sé si me explico...(hoy estoy un poco espesa :S)

Por eso no te voy a dar ninguna crítica, no porque me hayas pedido que sea buena (que no, que yo de eso no soy ;) ), si no porque no creo que la merezcas.

Tienes una forma de narrar que como dice juantonio enamora, y puedes escribir un texto en 40 minutos o en 4horas que va a ser bueno.

Bueno y ahora voy al texto que me lio y no termino nunca...

Lo que más me ha gustado es que es una historia muy real, de esas en las que te sientes identificado en mayor o menor medida. Además tu forma de contarla, sencilla con las palabras justas y precisas le dan muchísimo más realismo al texto. Has sabido narrar de la forma que pedía la historia que se hiciera y eso no es nada fácil...

Y ya me callo que menudo comentario te estoy dejando :)

Besillos guapa

wannea dijo...

O.o joder que bonito, y perdon por el joder pero es que en verdad yo creí que había rehecho su vida y que todo había pasado entre ellos, que no podían volver a unirse ya que todo lo que les unió había desaparecido, y luego me doy cuenta que lo unico que les habia separado eran las mentiras y eso es lo único que no cambia por mucho que pase el tiempo...

muchos bessos, por ser lo primero que leo en muuuuuucho tiempo dificil lo tendrá el que venga despues :) ciao!

Óscar Sejas dijo...

¿Qué decirte ante este relato?

Más que un relato me parece una historia de a pie de calle, porque éstas cosas suceden a cada paso (bueno, no creo que te haga falta que te diga quienes son los "implicados" que conozco).

El caso es que te hace sentirte identificado, al menos a mi. Porque te das cuenta de que en una relación siempre hay dos partes, una de las cuales, siempre, siempre, siempre, da más que la otra.

Cuando la relación se rompe la parte que más tiraba del carro siente que no puede rehacer su vida mientras que la otra siente una especie de liberación personal que le lleva a seguir viviendo con más fuerza si cabe.

El amor es un campo de batalla, sólo espero que algún día cambien las tornas y no siempre pierdan los mismos.

Un abrazo.