27/4/08

ADN (cc. 102)

Es difícil ver un gato negro en una habitación oscura, especialmente cuando el gato no está. Lo mismo le pasaba a ella, una inspectora forense con más de diez años de servicio a sus espaldas, cuando a la dichosa -e incluso más veterana que ella- impresora le daba por hacer de las suyas y dejaba, a modo de incómodos obsequios, pequeños pegotes de tinta en los resultados de los análisis que María –que así se llamaba- esperaba.

Dada la incompetencia de su forzada compañera de trabajo, María estaba repitiendo los análisis de sangre del caso que ahora tenía entre manos, cuando recibió la llamada de su compañero:

-¿Si?

-¿Has comprobado ya los análisis de los restos de sangre?

-Estoy a punto de obtener los resultados, Hell. ¿Cómo va por allí?

-Bien, María. Oye… ¿estás segura que el muerto estaba bien muerto?

-¡Claro! –afirmó ella dando una sonora carcajada– ¿Por qué no habría de estarlo? ¿Ocurre algo, Hell?

-Ocurre que aquí no hay ningún muerto, ¿sabes?

-…

-¿María?

-¿No podrían habérselo llevado? –logró decir por fin, pues lo que estaba viendo la había hecho enmudecer durante varios segundos- Quizá el asesino aprovechara la ausencia de personal.

-No hay ningún rastro por el suelo. Ni de ser arrastrado ni de pisadas de nadie. Esto no será una broma de los chicos del forense, ¿no?

-Los del forense no han llegado aún, Hell. Acabo de hablar con ellos –dijo mientras, ansiosa, esperaba a que saliesen por tercera vez los resultados-.

-Joder… ¿Cómo llevas los resultados?

La inspectora forense volvió a enmudecer, aquello no era posible… Lo que tenía delante de sus ojos no podía ser real…

-¿María? –dijo su compañero, que parecía impacientarse y demasiado, tras no recibir respuesta alguna-.

-…

-¿¡Maríaaa!?

-Hay algo extraño en los análisis –fue capaz de decir, aunque sin saber muy bien cómo continuar si no quería que Hell la tomase por una loca-. Algo

-¿Algo…?

-Su código de ADN es muy extraño, Hell –espetó de pronto María- ¿Estás aún ahí? –preguntó con suma preocupación-.

-Sí, María.

-Pues sal lo más rápido posible. Esto no me gusta nada.

-¿Pero qué ocurre?

-¡Que salgas de ahí, joder!

Después de esa orden a voz en grito, María oyó lo que le pareció el sonido de un golpe seco. Tras ello, no volvió a escuchar nada más al otro lado del teléfono. Se cansó de repetir el nombre de su compañero una vez tras otra pero sin que éste le respondiera.

Al tiempo que el peculiar zumbido de la destartalada impresora le indicaba que, por cuarta vez, los resultados ya habían salido de la misma y una lágrima resbalaba por su mejilla, María llamó para enviar refuerzos a la dirección en la que Hell se encontraba...


*Como en todo, siempre hay varias versiones y esta historia tiene una mejor. Deja que
Hell te la cuente...


Para leer más historias con el mismo principio, visita: El CuentaCuentos.

12 comentarios:

Esther dijo...

¡Madre mía! ¡Qué historia más trágica y triste! Es tan triste cuando alguien se va para siempre... ...y es terrible cuando ves que esa persona se va.

¡Aplaudo tu historia! ¡Perfecta, como todas!

Saluditos.

Anónimo dijo...

Para mí también ha sido todo un placer, cielo. Con tan sólo unas pocas horas hemos conseguido sincronizarnos, eh??? ;)
Habrán más, prometido! :)

Respecto a lo del sospechoso de las dos iniciales... tú no te preocupes, que lo haré cantar con el método de la hiena... ;), tengo ganas de verlo y hacerle algunas preguntillas sobre el futuro próximo en el club, así que... ^^

Muchos besos nena!
Y hasta muy pronto!!!
XD

tormenta dijo...

Leídos ya los dos relatos, puedo decir que os habéis sincronizado a la perfección y que apenas hay diferencias estilísticas.
Además, ese final abierto es muy resultón, deja a la mente vagar por un millón de teorías.
Un beso.

Sara dijo...

Yo me he leido los dos relatos a la vez antes de pasar a comentaros y bueno, sabía que la historia me iba a gustar (¿cómo no me iba a gustar si me gusta la forma de escribir de Hell y me gusta la tuya?)

Pero sinceramente no me esperaba un resultado tan bueno. Hace poco Tormenta y Ninive escribieron juntos y me quedé impresionada porque no era capaz de identificar en ninguna parte del texto que era de uno y que era de otro...

Con vosotros me ha pasado lo mismo, por eso no sólo es bueno el relato (porque lo es, porque está genial escrito, porque las descripciones son fabulosas, porque los personajes tienen vida de verdad...) vuestra sincronización a la hora de escribirlo lo convierte en mejor y creéme que es dificil mejorar un relato como este.

Te dejo un beso guapa

Ricardo dijo...

La verdad es que está bueno esto de ver a dos cámaras lo que ocurre en dos sitios diferentes unidos por esa conversación que ocurre al unísono.
También han coincidido en la pereza: la historia se merecía más líneas.
Por estas pampas diríamos que son dos “vagonetas”.

Un mismo comentario para dos que se las traen.

Cariños desde este, mi sur
Ricardo

Pugliesino dijo...

Enhorabuena a ambos por la forma de narrar la historia,con un tronco común y dos escenarios diferentes al final a uno y a otro lado del teléfono.
Un elemento,el teléfono,en torno al cual gira una acción en la que con pocas palabras creais una atmósfera de tensión e intriga.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Me gusta, me he quedado con una cuantas incognitas, pero ahora mismo me paso a leer a Hell...

La escena del comienzo, de la impresora... me suena tanto... ¡la de veces que ha tenido que venir el servicio técnico a limpiar la nuestra!

Un abrazo

Mj dijo...

Inquietante, mucho. Me gustan las historias a dos voces porque soy de las que piensan que para entender bien las cosas hay que mirar desde todos los puntos de vista ( diplómatica que ha sido una siempre :P)
Ah!! Pero mi mente científica no se resiste a pensar que el DNA de los vampiros no tiene por qué ser distinto al humano, fíjate. Pensaré en una teoría para ello ;) Y ahora a hacer copy-paste del comentario para dejarlo al otro lado del espejo.
Besos para los dos :)

Pedro dijo...

¡Pero cuanta emoción! La verdad es que has conseguido un estilazo, además novedoso. Me parecía casi el guión de uan película (de las buenas y con mucho presupuesto)

La verdad es que la idea para escribir a cuatro manos con dos escenarios y uan conversación de teléfono por medio es muy, pero que muy buena.

Un abrazo,


Pedro.

Pd: Sí, ya sé tengo el mundo cuentacuentil un poco abandonado, pero es que no me llegan las horas :S

Anónimo dijo...

Hola María que tal? Siento no estar mucho por aquí. Pero, es que me estoy preparándome examenes por lo que últimamente no me paso mucho por aquí y no uso mucho internet. Pero, ahora que tenía un ratito libre aprovecho.

Tu historia fantástica, como siempre.

Nos leemos.

Saludetes.

JuAntonio dijo...

Pues sí.. era de lectura obligada tanto un relato como el otro... y yo empecé por ti y me dejaste un poquitín a medias.. y sé que esto dicho así suena mal... pero es verdad... así que leyendo el final de Hell parece que tuve algo un poco más claro.

Yo, en realidad, después de leerte.. se me fue la olla y daba por hecho (típico en relatos de ficción puro y duro) de que el muerto iba a ser el inspector Hell... algo así como un adelanto en el tiempo y que fuera el propio Hell el que se enterara de que el cuerpo que falta en el lugar del suceso es el suyo, y descubriera por María, que el adn de la víctima coincide con el suyo y tal y cual.. en fin.. que me montao mi propio final..

De todos modos.. siempre hablamos de los finales.. y lo realmente curioso y llamativo de estas dos historias es la conversación telefónica entre los dos cuentacuentos. Que pena que no le haya podido poner carita a la inspectora María porque no sé como eres.. de Hell tenemos la foto en el blog y me lo veo con su gabardina y sus patillas, fumando ese pitillo y hablando por el celular...

en fin...

Muy entretenido!!

Óscar Sejas dijo...

Uououo, ¿gato, pantera?

Me he quedado a expensas de saber lo que sería el bicho. Me ha recordado mucho a esas pelis de terror que te mantienen con el corazón a flor de piel y nunca acabas por saber que pasará...

En fin. Me voy a leer a Hell a ver si saco algo en claro.

¡Un abrazo!