11/12/08

En cada constelación, un marinero

Una noche oscura en la que sobre la luna se reflejaba la sonrisa del octavo pecado capital cometido por el mar, el que nunca había querido ser marinero, cogió el pequeño barco que generación tras generación había pertenecido a su familia y salió a navegar.

Durante los pocos minutos que duró su corta travesía, al fin lo comprendió: encontró los para él hasta ahora desconocidos atlas de las estrellas en las olas que dibujaba el mar y, tras un profundo y largo suspiro, arrojó en él las cenizas de su padre.
Confiando ciegamente, por primera y única vez en su vida, en que por la vida de cada marinero que el mar se cobra, una nueva estrella comienza a brillar en cada constelación…

15 comentarios:

Unknown dijo...

¡Ay, María, qué bonito!

Me ha dado un puntito de tristeza, pero es un texto precioso.

Ya echaba de menos tus publicaciones... me alegro muchísssimo de volver a encontrarte aquí.

Besos.

Anónimo dijo...

Las estrellas, mi destino.

Alicia. dijo...

¡Precioso!
A lo mejor cuando morimos nos convertimos en estrellas... ¿Quién será el Sol?

Óscar Sejas dijo...

Esa es la esperanza que todos los marineros tuvimos alguna vez. Sin embargo el mar es celoso y a veces se cobra sus piezas.

En el cielo hay muchas estrellas, yo creo que cada vez que alguien que merece la pena se va, sea donde sea. Alguna estrella empieza a brillar.

Quizás consiga alumbrar alguna vida...

Quizás...

Un abrazo.

maria dijo...

Sencillo,preciso y precioso.
Una nota perfecta para un día como hoy.
Un beso maría.
PD: Perdona por mi ausencia corazón pero estoy hasta arriba de informes y con las clases no me da tiempo a mucho internet

Camaleona dijo...

Mi padre fue para mi madre su capitán de barco.
Seguro que se ha convertido en estrella, una hermosa y reluciente estrella...

Miguel González Aranda dijo...

Bonito, triste y esperanzador.

Me gustó María.
Sigue así.

Un saludo

VaNe dijo...

"la sonrisa del octavo pecado capital" ¿Puedo pedir que escribas una historia con ese título? =D


Besazos, seño!!!! :P


¡Muak!

VaNe dijo...

Mira:

"Quiero sentir tu calor en mi almohada
y despertar abrazada a tu piel..."



=D

Pugliesino dijo...

Quiso mi abuelo ser mar y me decía que así podría subirse en la luna cuando ella descendía. Leyendo tu relato marinero sé ya hacia donde se dirigían,a ser estrellas.
Sobre el oleaje del microrelato creas una balsa de leyenda y emoción,de muerte y de vida.
Bella historia María, Un abrazo enorme!!

Anónimo dijo...

Brillan tantas cosas en el cielo...

Cortito pero conmovedor.

Espero que no esté basado en hechos reales.


Pd: El banco existe, es más, está en la estación de tu ciudad.

R. dijo...

en las noches despejadas sonreiría sabiendo que una estrella le cuidaba

Jim dijo...

Es la primera vez que leo que alguien nombra el "Octavo pecado capital". . . : la vanagloria, jejeje. . . me gusta. . .

Saludos
Jim

Anónimo dijo...

Debe ser que yo no me he explicado muy bien, la verdad...


El banco es de tu ciudad, el beso, de hace 3 meses, y mi amor, que desde entonces no caduca, aunque lo que sí caducó fue la relación.

=)

LUISA M. dijo...

Muy bonito el relato, María.
¡Ojalá sea como dices y se encienda una nueva estrella!
Una oración por cada marinero que pierde su vida en el mar.
¡Qué duro es ese oficio! Es normal que los jóvenes no quieran dedicarse a ello.
Besos.