16/7/08

Una calurosa tarde de verano cualquiera

Una calurosa tarde de verano cualquiera, en la que el termómetro dice que estás a 31 grados centígrados dentro de la tienda en la que trabajas (algo que no te extraña, porque entre el calor que desprende el ordenador detrás del que pasas la mayor parte del tiempo; el solazo que pega de lleno en el escaparate que queda a tu derecha y un largo etcétera más, que hace mucho calor ahí dentro no es una duda razonable), tú única escapatoria pasa por dar buena cuenta de un Granini Fruta Fresca (en su variedad de limonada con un toque de menta) al que, he de decirlo, me he vuelto adicta y salir a la puerta, dónde el aire sí circula y la brisa del mar (que a duras penas logra llegar, pero que llega) te permite respirar hondo y por fin con alivio, a fumar un cigarro.

Lo sé. Sé que resulta contradictorio salir a tomar el aire para, de paso, llenarte los pulmones con la mierda del tabaco, pero… ¡es lo que hay!

Y tú te sientas a fumar, y el solecito te acompaña, y la brisa te acaricia la cara y… lo escasamente idílica que pudiese parecerte la estampa, desaparece de un plumazo:

-Disculpe, ¿podría prestarme un mechero? –te dice un crio de no más de 14 años, con suma educación y aire demasiado ceremonioso (para mi gusto, claro…)-.

-¡Claro! Ten… -le respondo yo al tiempo que levanto la mano izquierda y le acerco mi Clipper azul celeste-.

-Muchas gracias, señora –dice al tiempo que se saca un cigarro del bolsillo-.

-¡Oye! Cómo me llames señora te quito el mechero… -le espeto desdibujando la amable sonrisa que ya le había prestado-.

-Jajaja, vale, vale… Si sólo era por educación… ¡Muchas gracias, guapa! –y me guiña un ojo-.

Extiende su mano, me devuelve el Clipper y se aleja calle abajo. Y yo, por mi parte, me quedo refunfuñando para mí: “¡¿pero qué educación ni qué ocho cuartos?! ¿Señora?, ¿a mí?, si sólo tengo 25 años… Será mocoso el crío, primero me llama señora y después me guiña un ojo, además… ¿qué hace fumando tan joven?”.

Tiro la colilla al suelo, la piso y entro de nuevo en la tienda pensando que yo empecé a fumar más o menos a su edad y que, después de todo, eso de “¿qué hace fumando tan joven?” es un comentario más típico de una señora que de alguien de mi edad…

Pero… yo sólo lo pensé porque él me llamó señora. Que no lo hubiese hecho… (sí, no hay duda de que, para algunas cosas, yo todavía sigo siendo una cría. ¡Y menos mal!).

7 comentarios:

L o s t dijo...

jejeje, los años no pasan en balde, eh???

de todos modos fumar es malo :P

besos :)

Esther dijo...

Sí, fumar es muy malo. Yo les veía ya en el instituto, cuando aún tendríamos 14 años, que ya empezaban a fumar pero, yo no quise probarlo. Era como una vocecilla que me decía:

- No lo pruebes, que engancha.

Creo que hice bien.

¡Ja,ja,ja! De todas formas, en cuanto a eso de señora, considérate afortunada, que al menos no te pasó lo que le pasó a una profe mía:ella estaba con sus hijos en el parque y se creyeron que eran sus nietos XD

Y ¿no salen los resultados de tu juego musical? Después de leer ese cuento, que me encantó, busqué la canción en el youtube y pensé:

- ¡Creo que he acertado! ¡Creo que he acertado!- y me puse más contenta...

Me encantan las canciones de ese grupo que te dije, no sólo por el ritmo sino, por contar cosas de la vida real que pueden sucederle a cualquiera.

Un saludito.

Anónimo dijo...

Qué niño más rico!
Pues sí, vete acostumbrando que es lo que te queda. A mí me empezó a pasar con tu edad y fue empeorando poco a poco.
Y yo tuteo a todo el mundo!!!!!!
Besos

Anónimo dijo...

Estos momentos,que pasarían desapercibidos de no rescatarlos,son los llenan de contenido cada día.Inesperados,imprevistos,de mil formas y maneras aguardan escondidos en cada día esperando sorprendernos y robarnos una sonrisa.
Los días pasan pero estos momentos permanecen!! :)
Un abrazo!

Óscar Sejas dijo...

Eso eso...la señora de la muerte, dándole fuego a un chaval en la edad del pavo para que se mate agustito.

Si es que...¡no teneis perdón de Dios!

Que tu hermano "pequeño" tenga que decirte "María, deja ya de fumar" debería causarte ciertas ganas de:

a) Dejar de fumar
b) Estrangular a tu propio hermano pequeño.

Es lo que tiene la vida.

Un abrazo.

P.D: Te guiñaría un ojo, pero como no me ves... jajajaja.

VaNe dijo...

jajaja XD

Me cuesta creerme que no le quitaras el mechero. Que.... oye! ahí podrías haber tenido un filón en plan "Sole, que te doy con el meshero", ¿te acuerdas? jajajaja :P aunque ahora sin la Sole y con María en plenas facultades bordes!!!! Diossss, no consigo imaginarme mejor secuela!


Un kesitooooooo! ;)

Jara dijo...

Si es que estás mayor, reconocelo :P